Es de recordar que en el 2003 nació Coltel con una fórmula que permitía mantener viva la empresa y los compromisos pensionales con más de 15 mil extrabajadores de la antigua Telecom.

Luego, en el 2006 necesitó de un socio inversionista y fue cuando llegó la española Telefónica que se quedó con un poco más del 50% de la compañía, quitándole el control de la empresa al Gobierno.

En el 2012 Coltel vuelve a presentar dificultades financieras por los billonarios pagos de pensiones a exempleados de Telecom y tuvo que ser capitalizada nuevamente; momento en el que hubo una fusión con Movistar quedando Telefónica con más del 67% de la compañía, mientras que el Gobierno reducía su participación a menos del 33%.

Sin embargo, Coltel siguió pidiendo dinero y el año pasado sus dos dueños tuvieron que inyectarle billonarios recursos nuevamente y por eso el ministerio de Hacienda se cansó de este ‘saco roto’ y decidió vender la parte de la que la Nación es propietaria.

Ese proceso de venta está entrando en su recta final porque el Gobierno definió que venderá el 32,5% de las acciones que tiene en su poder en 2,3 billones de pesos, proceso que quedará en manos del nuevo Gobierno.

Sin embargo, este negocio está generando una gran controversia porque algunos opositores están manifestando que los 2,3 billones que se recibirán no compensarán los billonarios recursos que la Nación ha tenido que inyectarle a Coltel durante los últimos años para garantizar las pensiones.