¿Cuándo se acabará el castigo físico a los niños?

por Ondas de Ibagué

¿Sabía usted que los niños que recibieron formas de castigo físico o humillante como palmadas, encierros, agarrones o cachetadas, tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, artritis y obesidad?

¿Sabía usted que el deterioro de la capacidad cognitiva, la baja autoestima, el aumento en las probabilidades de ser agredido y convertirse en agresor en su vida adulta, son algunas consecuencias de este tipo de castigos?

¿Sabía usted que mantener una actitud positiva frente al castigo físico en su vida adulta y justificar el uso de violencia en contra de los propios hijos o de otros niños y niñas, es otro efecto de este tipo de actos violentos?

Países como Perú, Argentina, Bolivia, Venezuela, Brasil, Uruguay, Paraguay y Costar Rica ya tienen una ley que prohíbe cualquier tipo de castigo físico y humillante que hoy por hoy se ha convertido en la forma de violencia más usada en contra de los niños y de las niñas en todo el mundo. Este tipo de violencia se diferencia del maltrato porque el uso de la fuerza se da para hacerle vivir al niño/a una experiencia de dolor, sin causar una herida, o al menos no visible.

En Colombia, no existen estudios sobre la incidencia real del castigo físico y humillante, lo cual es claro reflejo de la normalidad: no se investiga lo que no “hace ruido”, lo que es “lo normal”.

“Pegarle a los niños y a las niñas es tan normal que cuando se habla de abolir el castigo físico y humillante se hacen encuestas sobre a quién le parece que está bien y a quién no le parece… como si no estuviéramos hablando de pedir que se respete un derecho humano. ¿Cómo sería la misma encuesta preguntando si les parece o no pegarles a las mujeres? ¡¡Los niños son seres humanos!! Y eso no habría que recordarlo”, recalca la Alianza por la Niñez Colombiana.

Golpes con objetos como chanclas, zapatos, correas; arrojar objetos: libros, vasos, platos; usar partes del cuerpo para golpear o causar indisposición: coscorrones, pellizcos, empujones. O causar situaciones psicológicamente estresantes: encierros, posiciones incómodas, orejas de burro, siempre han sido las formas “normales” de tratar a los niños y a las niñas. Sin embargo, si este trato se diera entre adultos, seguramente no estaría aceptado.

¿Cuál es la diferencia entre golpear a un niño y golpear un adulto?

  • Tamaño (pone al niño en desventaja).
  • Fuerza (pone al niño en desventaja).
  • Poder (el niño está indefenso ante el poder de autoridades: padres, maestros, figuras religiosas, etc.)
  • Independencia económica, afectiva y social (el niño siempre depende del adulto).

¿Cuál es la diferencia del adulto como ser humano y el niño o niña en cuanto a ser humano?

  • Que el niño tiene derechos prevalentes. Es decir, que sus derechos están por encima de los derechos de cualquier adulto.
  • Que el adulto está obligado a protegerlo de todas las formas que puedan causarle dolor o sufrimiento físico, psicológico o espiritual.
  • Que el niño tiene que soportarlo porque depende del adulto y tiene miedo...
  • Que socialmente, eso es lo normal...

La Alianza por la niñez colombiana da algunas recomendaciones para ‘Criar con amor’ en donde aconseja:

  1. Dar ejemplo
  2. Reforzar la conducta deseada
  3. Dialogar
  4. Establecer reglas claras en casa tanto para padres como para hijos y que ambos las cumplan
  5. Llegar a acuerdos con los niños
  6. Conciliar la sanción
  7. Enseñar al niño a participar en los actos de reparación
  8. Castigar sin suprimir los derechos
  9. Castigar con actos que se cumplan

Colombia figura entre los peores países para ser niño. La Encuesta Nacional de Demografía y Salud, ENDS -2015, expone que el 85% de los encuestados de los hogares responden que en su casa hay castigo físico y/o humillante. Este es el tercer país en el que más niños se asesinan cada día.

“Golpear a un niño o niña es un abuso, es una vulneración de sus derechos como humano, es un acto que tiene que dejar de ser admitido en Colombia. La paz inicia por eliminar el castigo físico y humillante. Si no le damos al niño ni una palmada, no pasará por la chancla, el correazo, el puño y mucho menos por quemarlo, latigarlo, amarrarlo. Las formas de violencia van creciendo, y evitar lo mínimo, sería el primer paso para empezar a borrar las miles de páginas que relatan la violencia contra la niñez, en nuestro país”. Alianza por la Niñez.