Mitos y verdades sobre el frío y sus efectos

En el portal Verne, han entrevistado a Ángel Nieto, médico internista del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y al catedrático de Fisiología de la Universidad de Barcelona Ginés Viscor, quienes se dedicaron a ponerse cara a cara con algunas creencias populares.

¿Por la cabeza se pierde calor?: Verdad
La superficie corporal de la cabeza representa casi el 10% del organismo. Cuando está descubierta, es la protagonista de una pérdida de calor importante. Usar gorro es una buena alternativa para conservar una temperatura agradable y una ayuda extra podría estar representada en el uso de una bufada, calentando así su nariz y orejas evitando así que se enfríen rápidamente.

Si se abrigan manos y pies, no se siente frío: mito
Entre más partes del cuerpo estén bien abrigada, menos frío sentirá la persona. Ahora bien, las partes más alejadas del centro del organismo son las más afectadas por el frío. En ese orden de ideas, protegerlas sí ayuda, pero por eso el resto del cuerpo va a estar a salvo. Partes del cuerpo más voluminosas, como el tronco y las piernas, merecen estar bien abrigadas.

Ingerir alcohol hace entrar en calor: mito
Ingerir alcohol en momentos de frío intenso es falso, perjudicial y poco recomendable, pues produce una falsa sensación de calor puesto que dilata los vasos sanguíneos y esta reacción hace que el calor se pierda a pasos agigantados. Así, es más fácil entrar en hipotermia.

Si toma vitamina C no sufrirá resfriados: mito
Esta vitamina ayuda, pero no deja exenta a la persona de padecer resfriados o gripas. De hecho, el consumo de vitamina C en tableta no sería necesario de acuerdo a lo informado por el médico internista, si se lleva una dieta rica en frutas y verduras, pues finalmente, el exceso de esta vitamina se expulsa a través de la orina.

Salir con la cabeza mojada o poco abrigado produce gripa: mito
Nieto considera "leyendas urbanas" la relación entre falta de abrigo y resfriado. En época fría los virus aumentan y es más fácil contagiarse. Ahora bien, el frío paraliza las vellosidades de las vías respiratorias y esas son las que intentan detener a los gérmenes que tratan de entrar. El frío hace que esa defensa se pierda y ahí sí aumenta la posibilidad de padecer un resfriado. Por tanto, una bufanda que tape la boca y la nariz ayuda a retener la humedad del aparato respiratorio y es un sistema de intercambio térmico adicional al que tenemos habitualmente a través de la respiración, según lo explica Viscor. Lo recomienda sobre todo al hacer ejercicio, cuando ventilamos más al respirar y los agentes patógenos pueden colonizar zonas más profundas del sistema respiratorio.

El cuerpo se adapta al frío: verdad
El cuerpo humano se aclimata tanto al frío como al calor. Pero hace falta tiempo. "En Estocolmo con 2ºC puedes ver a gente sentada en una terraza en manga corta, y aquí es impensable".

La comida ayuda a entrar en calor: verdad
Y funciona en dos vías: al consumir un alimento o bebida caliente, se genera una sensación térmica más alta. Además, las calorías y el valor energético de algunos alimentos también producen calor en el cuerpo. Nieto recomienda "las legumbres y también, los que contienen carbohidratos como el arroz, las papas y la pasta".

Pasar frío puede adelgazar: verdad
Lo que en realidad sucede es que al permanecer expuesto permanentemente al frío, hace que haya un mayor gasto metabólico para conservar la temperatura del cuerpo. Por eso, si no se ingiere mayor cantidad de calorías con alimentos como los que recomendaba el doctor Nieto, se puede perder peso.

Las personas más delgadas sienten más frío: verdad
Por lo general las personas con más grasa notan menos el frío que las delgadas, "porque tienen más aislamiento térmico", como explica el catedrático de la Universidad de Barcelona. La grasa, sobre todo en las mujeres, está en forma subcutánea -en los hombres es más abdominal- y tienen un aislamiento extra frente a las bajas temperaturas.

El frío es bueno para el cutis: falso
"El frío desencadena enfermedades de la piel; por ejemplo, la dermatitis atópica típica de los niños empeora", dice Nieto. "A la piel le vienen bien temperaturas estables y moderadas". 

 

Imagen de referencia tomada de Internet.