Su padre, don Martín Mestre, libró una batalla titánica para que el violador y asesino de su hija pagará por su crimen, una promesa que está a punto de cumplirse, tras su captura en Brasil.

Después de 30 años en fuga, finalmente la justicia ha alcanzado a Jaime Saade, el hombre responsable del asesinato de la joven Nancy Mariana Mestre en Barranquilla.

Saade había estado viviendo bajo la identidad falsan de Henrique dos Santos Abdala en Brasil durante años, e incluso hizo una familia con esposa y varios hijos, pero su suerte finalmente se acabó cuando fue localizado en una pensión en Alagoas, a 2.000 kilómetros de su último domicilio.

La noticia del arresto de Saade ha sido recibida con gran emoción por parte del padre de la joven asesinada, Martín Mestre, quien ha estado buscando al responsable durante décadas. Mestre ha sido un modelo de perseverancia en su búsqueda de justicia y su tenacidad ha motivado una búsqueda incansable del asesino de su hija.

La extradición de Saade a Colombia dependerá de la decisión del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pero su arresto es un gran paso hacia la resolución del caso y el encarcelamiento del asesino de Nancy Mariana Mestre.

El homicidio

El 1 de enero de 1994, Nancy Mariana Mestre salió a celebrar el año nuevo con su novio, Jaime Saade. Pero sus sueños y su vida fueron truncados esa noche en un crimen brutal que conmocionó al país.

Ella  salió con Saade y su madre le pidió que regresara antes de las 3 a.m. Sin embargo, cuando su padre se despertó a las 6 a.m, encontró su habitación vacía y comenzó una búsqueda frenética para encontrarla.

Finalmente, llegó a la casa de los padres de Jaime Saade, donde encontró a la madre de Jaime limpiando el piso ensangrentado. La mujer mintió y le dijo que Nancy había sufrido un accidente y estaba en el hospital. Pero cuando Mestre llegó al hospital, descubrió que su hija estaba en coma después de haber sido violada, maltratada y ataca de un disparó en la cabeza.

Durante ocho días, la familia luchó por la vida de Nancy en el hospital, pero finalmente falleció sin recuperar la consciencia. La Policía comenzó a investigar y detectó que el principal sospechoso, Jaime Saade, había huido del país.

La investigación reveló que Nancy había sido violada y tenía heridas por todo el cuerpo. Además, se encontraron restos de pólvora en su mano izquierda, lo que sugiere que trató de defenderse del ataque. Los detectives también descubrieron que Jaime Saade había sido el último en ver a Nancy con vida.

Finalmente, en 1996, dos años después de la muerte de Nancy, un tribunal colombiano condenó a Jaime Saade a 27 años de prisión por asesinato y violación.

Este caso conmocionó a Colombia y se convirtió en uno de los más notorios y trágicos de su historia, sobre todo porque su papá jamás se rindió en su búsqueda de justicia, una que parece llegar tardía pero que podría dar un cierre a la tragedia de la familia Mestre.