Dos tiros en la cabeza le causaron muerte cerebral a Joselito, hecho ocurrido en extrañas circunstancias, y que llevaron a su fallecimiento en la mañana del 21 de enero.

Joselito, un hombre de 26 años de edad que residía en la ciudad de Ibagué y trabajaba realizando trasteos, recibió una llamada el pasado miércoles 19 de enero, en el cual le solicitaron un servicio de trasteo a la ciudad de Neiva. 

Asistiendo con ilusión y acompañado del sobrino de su esposa de tan solo 13 años, recogió a los sujetos frente a las instalaciones de la Policía Metropolitana de Ibagué, ubicada en la calle 21 con Ferrocarril. Según su esposa, allí recogió a tres hombres y una mujer. 

“Me lo mataron para quitarle el bendito carro”, expresó Paula Ramírez, esposa de Joselito. 

Sobre las 2:00 a.m., la esposa recibió su último llamado, en el cual le avisaba que los sujetos iban a darle de comer al sobrino y él se iba a acostar a descansar un rato. No obstante, no volvió a haber información alguna de Joselito y su sobrino. 

Así las cosas, el dueño del camión notificó a la policía, ya que el automotor estaba dirigiéndose a otro destino y no había contacto alguno con Joselito. A las 2:00 p.m. del 20 de enero, la Fiscalía se comunicó con la esposa de la víctima, informando que lo habían encontrado en el hospital de Neiva y al sobrino en las instalaciones del ICBF. 

“El niño dice que ya estaba oscuro cuando recogieron a los sujetos en Ibagué y que la señora es calva y grande. No alcanza a recordar porque al niño le dieron algo para doparlo”, relató entre lágrimas la esposa de Joselito.

Mientras Paula Ramírez, esposa de Joselito entregaba declaraciones sobre los hechos, recibió la noticia que su esposo había fallecido, en un dramático testimonio para las noticias de Ondas de Ibagué.