La confianza de los consumidores o de los hogares colombianos este año ha estado por el suelo a raíz de temas como el costo de vida, la reforma tributaria y la corrupción, y al haber pesimismo económico las familias, así tengan dinero, sienten muchos temores a la hora de gastar o invertir, frenando el consumo y así, alimentando la desaceleración económica.

Según Fedesarrollo, ahora la desconfianza se está sintiendo desde el sector comercio y el sector industrial.

A través de una encuesta la entidad midió que la percepción económica de los comerciantes cayó a su nivel más bajo en casi dos años, y la de los industriales descendió a niveles que no se veían en ocho años, durante el pasado mes de abril.

Por eso, desde los sectores productivos están pidiendo a las autoridades que se pongan las pilas con decisiones que puedan devolver la confianza a los empresarios y a las personas, y de esa forma se ayude con la reactivación económica, porque por ejemplo cuando en las empresas crecen los índices de pesimismo, los propietarios frenan las contrataciones de personal.