Sectores de barrios de Ibagué como el Salado, Modelia, Chicó, Protecho Topacio, Nueva Castilla, Las Delicias, Ambalá Alta, Yuldaima y Galarza se han vuelto un dolor de cabeza para el servicio de transporte urbano.

La explicación es que están convertidos casi que en zonas vedadas para los transportadores por causa de la inseguridad, las amenazas, deficiente vigilancia y, a veces, insolidaridad de la gente.  

La queja de los conductores de buses y busetas es que deben enfrentar las acciones delincuenciales cada vez que circulan por estas zonas, razón por la cual solicitaron a las autoridades mayores controles en estos sectores, en aras de garantizar la tranquilidad de conductores y usuarios del transporte público.

El gremio espera que, con el nuevo proyecto piloto que instalará cámaras de vigilancia en los buses, se logre mejorar la seguridad.

Por: Paola Rojas Gómez, periodista regional.